Los arándanos son una fruta deliciosa y saludable, pero tienen una vida útil limitada después de la cosecha. Si tienes una gran cantidad de arándanos y no quieres desperdiciarlos, una solución es congelarlos. A continuación, te explicamos cómo congelar arándanos para que puedas disfrutarlos durante todo el año.

  1. Lava los arándanos: Enjuaga los arándanos en agua fría para eliminar la suciedad y los residuos.
  2. Sécalos: Una vez que los arándanos estén limpios, colócalos sobre una toalla de papel para secarlos.
  3. Prepara una bandeja: Coloca los arándanos en una bandeja para hornear en una sola capa, asegurándote de que no estén amontonados.
  4. Congela la bandeja: Coloca la bandeja en el congelador durante unas horas o toda la noche, hasta que los arándanos estén completamente congelados.
  5. Transfiérelos a bolsas de congelador: Una vez que los arándanos estén congelados, retira la bandeja del congelador y transfiérelos a bolsas de congelador. Etiqueta las bolsas con la fecha para que sepas cuánto tiempo han estado almacenados.
  6. Almacenamiento: Coloca las bolsas de arándanos en el congelador y asegúrate de que estén bien cerradas para evitar la entrada de aire y la formación de cristales de hielo.

Ahora que sabes cómo congelar los arándanos, puedes disfrutar de esta deliciosa fruta durante todo el año. Puedes agregarlos a tus batidos, smoothies, cereales, postres y mucho más. Además, los arándanos congelados también son ideales para hacer mermeladas, pasteles y otros productos horneados. No desperdicies tus arándanos, congélalos y disfrútalos cuando quieras.

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